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31 agosto 2007

Entrevista a Rafael Reig

Publicado el 30 de agosto de 2007 a las 01:23 horas en Diario Siglo XXI

'Ser escritor es una mayúscula obstinación; hay que tener fe ciega en uno mismo y seguir adelante aunque no se escuche respuesta'

Rafael Reig, escritor

Está demás decir que Rafael Reig (Asturias, 1963) es uno de los escritores españoles más originales de España. Su originalidad para hilvanar historias y destilar ideas no descansan en la nada, en sus libros es posible rastrear la influencia de la narrativa decimonónica, llevada con mucha soltura sin caer en el facilismo y lugar común. Es autor de “Las vírgenes locas”, “Marilyn Monroe: autobiografía apócrifa”, “La fórmula Omega”, y la celebrada “Manual de literatura para caníbales”, entre otras. Su novela “Sangre a borbotones” recibió el Premio de la Crítica de Asturias y fue finalista del Premio Fundación Lara en el año 2003. En esta entrevista risueña conversamos de todo un poco con este narrador que es indefectiblemente un imprescindible.

Gabriel Ruiz – Ortega / Siglo XXI

Rafael, ¿cómo fue tu acercamiento a la literatura?

Fue un acercamiento metabólico, inevitable, nunca me planteé otra opción, ni siquiera de niño, que la de ser escritor. No fue algo reflexivo ni mucho menos. Hay muchos libros que son centrales, demasiados para enumerarlos, pero también hay muchas películas, muchos tebeos, muchos amigos y amigas, en fin, no sólo de libros se fabrica el combustible con el que uno arma la hoguera de ponerse a escribir.

Tu narrativa se caracteriza por exhibir una evidente carencia de solemnidad. ¿Esto tiene algo que ver en cómo eres en persona?

Hombre, pues sí. No soy nada solemne. Alguien decía que la solemnidad es el escudo con el que se protege la tontería. Sólo los bobos son solemnes.

No pocos narradores hacen hasta lo imposible por huir del humor.

Es que el humor es muy difícil y no hay nada más patético que intentar hacer gracia sin conseguirlo. Por eso da miedo. Existe también cierto recelo frente al placer: lo que produce placer (o alegría o risa) es pecaminoso, no sirve para mejorar el espíritu. En cambio, lo que cuesta sufrimiento, engrandece. Esta idea tan tonta es la que hay por debajo del rechazo al humor.

En tus libros se percibe el influjo de la cultura popular.

La brecha entre literatura culta y popular es producto de la cultura renacentista y de la burguesía. En Rabelais aún no existe y todavía en Cervantes existe en mucha menor medida que ahora. Yo creo que esa brecha hay que intentar cerrarla, no ensancharla. La cultura es una y la distinción entre lo popular y lo ilustrado es falsa, represiva y reaccionaria.

¿A qué creas que se deba de que la atención de la crítica se haya interesado en tus primeros libros ni bien la crítica y el público consagró a “Sangre a borbotones”?

Creo que en literatura, como en todo, influye mucho más la suerte de lo que se suele admitir. Mis primeros libros se publicaron en editoriales minoritarias, no recibieron atención crítica y no consiguieron establecer contacto con los lectores. Mala suerte, qué le vamos a hacer. Si uno se echa para atrás cuando no tiene suerte es que no sirve para esto: ser escritor es una mayúscula obstinación, una cabezonería inmensa, y hay que tener una fe ciega, casi insensata, en uno mismo, y seguir adelante aunque no se escuche respuesta.

Tengo la impresión que en “Sangre a borbotones” se rinde un tributo a Francisco González Ledesma.

No sólo con él, rinde tributo a muchos escritores republicanos que tuvieron que ganarse el pan escribiendo mal pagados, a todo correr y con seudónimo una gran cantidad de novelas populares, del Oeste, de crímenes o de ciencia-ficción.

También hay párrafos que encierran una férrea crítica al ambiente literario.

Evidentemente en el ambiente literario hay de todo, pero lo que hay detrás de eso es el tratamiento de la literatura como acontecimiento, el acercamiento periodístico, que intenta convertir todo en novedad y darle carácter de acontecimiento. La literatura es otra cosa.

Claro, eso también se ve en “Manual de literatura para caníbales”, uno de tus últimos libros. Me gustó bastante. En él planteas un futuro no muy bueno para la industria de la novela.

Me alegro de que te gustara. Sí, la situación es bastante triste, la novela se parece cada vez más a la música, que es una industria y donde la brecha entre lo culto y lo popular se ha agrandado ya hasta tal punto que son universos diferentes. Mozart era popular en su tiempo, todavía. Hoy en día si alguien quiere indicar que oye música que no sea la que le meten por la radio y en los medios tiene que especificar que oye “música clásica”. Quizá esté cerca el día en que al que le guste leer a Faulkner tenga que decir que lee “literatura clásica”.

Te doctoraste con la tesis “Mujeres por entregas: la prostituta en el siglo XIX”

Bueno, tengo un gran interés en la literatura del XIX, el siglo de la gran novela burguesa. Creo que hay que aprender de ella y contra ella, como sucede siempre.

Unas cuantas opiniones para terminar. ¿Qué piensas de la narrativa de Roberto Bolaño?

Me parece un escritor interesante y sobrevalorado. No pude terminar “Los detectives salvajes”, me aburrió un poco y no entendía bien por qué seguía y seguía. Alguna otra novela suya me ha gustado más.

¿Dos narradores españoles de tu generación que te llamen la atención?

Antonio Orejudo y Javier Azpeitia.

También tienes un blog. ¿Qué es lo que más te gusta de administrar uno?

La respuesta de los lectores y la libertad absoluta que uno mismo se concede para escribir exactamente lo que le da la gana.

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Nota: Agradecimiento a Antonio Orejudo por el contacto con Rafael Reig.

22 agosto 2007

HOTEL KAFKA - Alejandro Badillo (México)

Además de los medios "convencionales" en la sala de prensa de Hotel Kafka también se hace seguimiento de los medios digitales, incluidos los blogs. En este caso Alejandro Badillo desde México ofrece un post acerca del proyecto y lo pone en relación con el autor Checo y con su significación para Nabokov:

En España hay una escuela de escritores llamada "Hotel Kafka" mejor nombre no pudieron haber encontrado. Me imagino pupitres de madera, con insectos usurpando la paleta y el asiento. Cuando leí la metamorfosis no alcanzaba a identificar el tipo de insecto en que se había convertido Gregor Samsa, por la descripción que da de sus patitas me hacía pensar en una especie de cochinilla. Me provocaba escalofríos cuando hablaba de su vientre blando, de su dificultad para moverse. La iconografía Kafkiana ha optado en muchos casos por retratar a Samsa como una cucaracha, quizá porque es más identificable, porque da una idea de repugnancia, el escalafón más bajo y repugnante. Kafka debió sentirse cucaracha atrapado en su trabajo de oficinista, viajando en tranvía todos los días a su trabajo. Vladimir Nabokov, vivió durante algún tiempo en Berlín, exiliado con su familia por la llegada al poder de los Bolcheviques. Para llegar a su trabajo abordaba el tranvía Berlín-Litchterfelde, el mismo que tomaba Kafka. Nabokov nunca lo abordó, no sabía que esa persona era uno de los escritores que influirían de manera decisiva la literatura del siglo XX. Sin embargo el encuentro anónimo con Kafka en el tranvía fue tan significativo para él que años después recordaba: "No se puede olvidar aquella cara, su palidez, la tirantez de la piel, aquellos ojos tan extraordinarios, ojos hipnóticos reluciendo en una cueva" Años después reconocería al pasajero en el tranvía mediante una foto. Nabokov, después de abandonar Alemania, llegó a Estados Unidos donde dedicó gran parte de su tiempo a dar clases. En su curso de Literatura Europea, extracto de sus clases y conferencias,disecciona "La metamorfosis". Además de los esquemas de rigor, donde analizó personajes y claves de la historia, hizo dibujos de lo que, según él, pudo haber sido la apariencia del insecto Samsa y que parece una especie nueva de animal, una cruza entre cucaracha y escarabajo. Cierro el anuncio de Hotel Kafka y trato de imaginar un interminables recorridos en algún tranvía, hombres pérdidos entre otros, mezclados en la multitud. Uno de ellos, de ojos extraordinarios e hipnóticos baja la vista, examina con detenimiento la figura de un insecto.


Alejandro Badillo

09 agosto 2007

Alvaro Oliva - Ingenio en Corto (Foxy Lady, de Eduardo Vilas)

Publicado originalmente en el número de Julio de 2007 de la revista Calle 20:



A partir de un relato de Eduardo Vilas y con la ayuda de Sergio Barrejón (coguionista
de Éramos pocos), el cineasta Álvaro Oliva (Santander, 1980) ha dado vida a su nuevo
corto, Foxy lady. Al otro lado de la cámara, por esta vez, el también director Nacho Vigalondo y la actriz Ana Asensio, interpretando a una magnética periodista que debe entrevistar escritor de éxito. Lo verás próximamente en festivales como Sonorama (agosto, en Aranda de Duero), Curtocircuito (julio y agosto, en Santiago), MECAL (septiembre, en Barcelona), Escorto (septiembre, en El Escorial), etc.

Artículo en PDF:

 

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